RECIBIMOS ESCOMROS | O: Archivos Geograficos, Reserva Ecologica de Costanera Sur. 2013/2015

RECIBIMOS ESCOMBROS
GUADALUPE MARTINEZ

Recibimos Escombros es un proyecto de intervencion y performance que utiliza la Reserva Ecologica de Costanera Sur, en la ciudad de Buenos Aires, como sitio de investigacion y laboratorio artistico para reflexionar sobre la compleja historia de dicha zona y de Puerto Madero. 
La Reserva, y su particular paisaje opera como un archivo material y sub-consciente evidenciando y manifestandose como rastro de procesos económicos, geográficos y poéticos.

El título del proyecto "Recibimos Escombros" refiere a un cartel que habría sido instalado en una de las entradas de lo que hoy es la Reserva Ecológica, debido a un plan de relleno de la costa porteña iniciada en 1978: Luego de un fracasado proyecto de construcción de autopistas, se decidió trasladar los escombros a Puerto Madero sobre el Río de la Plata, con la intención de rellenar esa área y crear allí un distrito financiero. Debido a diversas circunstancias de crisis economicas, políticas y naturales, dichos rellenos ya abandonados acumularon sedimentos y plantas que comenzaron a crecer espontáneamente hasta formar lo que luego en los años ´80 y al día de hoy se llamó la Reserva Ecológica Costanera Sur.

A lo largo de la hostoria, dicho sitio ha funcionado como balneario publico y como zona de comercio portuario si endovias directas a los molinos harineros de la zona en epocas de apojeo del país. A su vez, padeció la decadencia de epocas de escaces, momentos tragicos como la dictadura, y otras transformacions aun hoy visibles, como la formacion del area protejida llevada a cabo al retornar la democracia en los 80.

La reserva y sus alrededores han sido testigos de procesos historicos en los que convergieron, se yuxtapusieron, y se enfrentaron diversas clases sociales, diversos intereses politico-economicos, y profundas complejidades de una ciudad -que como tantas otras en latinoamerica- oscila entre narrativas de progreso y decadencia, moldeando y modelando la conciencia colectiva y la poetica social.

Proyecto:
La frase (y titulo del proyecto) Recibimos Escombros opera, debido a la conjugacion del verbo "recibimos" en una dualidad temporal que remite simultaneamente a un tiempo pasado (en el pasado recibimos) y a un tiempo continuo presente (estamos recibiendo). 
Recibimos es un hecho del pasado, pero tambien algo que permanece vigente. Esta posibilidad linguistica invoca una realidad social del pasado que de alguna manera (poetica) se perpetua como un acto interminable que insiste en repetirse y repetir los ciclos que la conforman. En este sentido, este juego de palabras alude a la reflexion de que un hecho historico, o bien 'la historia', no sucede y termina en el pasado, sino se manifiesta y existe como un proceso complejo que vive vigente y se re-produce en y desde la continuidad del presente.

Durante mi investigacion en La Reserva Ecologica, me focalizare en la playa de los escombros. Un sito a las orillas del Rio de la Plata que aun conserva los escombros colectados en los 70's. Ahora, se hayan erosionados y transformados por el continuo contacto con las aguas del rio, que con el tiempo se ha hecho presente en la mismisima forma y esencia de los materiales. Este rio que es icono de nuestra identidad, de nuestra historia politica y economica.

Algunas de las experimentaciones realizadas en el espacio incluyen la re-creacion de carteles con materiales encontrado en la misma reserva. Caminatas performativas y de sonido, coreografias sincronizadas con los materiales y la configuracion del espacio local, re-configuraciones e intervenciones corporales y materiales a orillas del rio, y dentro de la reserva.

Historia:
Ubicada frente a donde en 1918 se inaugurara el balneario municipal (hoy, a pocas cuadras del centro financiero de la ciudad) la Costanera Sur fue testigo del esplendor y decadencia de la zona.
A pie, en auto o en tranvía miles de porteños se acercaban al lugar en busca de aire fresco en las tardes de verano, o para bañarse en el río, prolijamente vestidos con mallas enterizas y provistos de toallas, hombres y mujeres separados por el largo espigón, según lo establecido en el reglamento de 1923.
Durante las décadas del 20 y del 30, el paseo fue enriqueciéndose con la instalaciónde bares y confiterías que sumaban su belleza arquitectónicaa la Fuente de las Nereidas, de la escultora Lola Mora, la estatua de homenaje a los aviadores del Plus Ultra, en estilo art déco, las farolas de bronce y el monumento a los Reyes de España.
El balneario se convirtió en uno de los paseos preferidos de los porteños, no sólo durante el día, sino también por la noche, graciasa los espectáculos de música y variedades ofrecidos en las confiterías.
Hacia fines de los años 50 comenzó la decadencia del Balneario, las instalaciones se fueron deteriorando, muchas confiterías fueron demolidas y poco a poco comenzaron a aparecer carteles que prohibían el baño debido a la contaminación del río.
A comienzos de la década del '70 un nuevo proyecto se sumó a los ya existentes en la zona norte, para "ganar" tierras al río frente al antiguo Balneario de la Costanera Sur.
El relleno comenzó en 1978, empleando un sistema similar al de los polders holandeses; se construyeron terraplenes perimetrales con escombros provenientes de las demoliciones realizadas para abrir el trazado de las autopistas urbanas. El agua que quedó encerrada fue desagotada parcialmente a medida que el área fue rellenándose con sedimento extraído en el dragado del Río de la Plata.
El proyecto inicial, que incluía la creación de áreas verdes y la construcción de un "Centro Administrativo de la Ciudad" fue finalmente desestimado, aunque los trabajos de relleno y descarga de escombros continuaron en forma discontinua hasta 1984, cuando se suspendieron definitivamente.
A partir de entonces, y en forma espontánea, comenzaron a desarrollarse diferentes comunidades vegetales a partir de semillas presentes en el sedimento, transportadas por el viento o dispersadas por los animales. Al proporcionar refugio y alimento, las plantas favorecieron el establecimiento de poblaciones animales.
Desde el primer momento, las lagunas y pastizales que fueron surgiendo llamaron la atención de los amantes de la naturaleza y los observadores de aves, que comenzaron a visitarlos regularmente. A medida que crecía la diversidad biológica, aparecían los bosques y aumentaba la variedad de especies animales, el lugar fue convocando a más gente, aerobistas, ciclistas, estudiantes, naturalistas y hasta observadores de aves extranjeros de paso por Buenos Aires.

El reconocimiento oficial llegó el 5 de Junio de 1986, cuando el Concejo Deliberante de la Ciudadde Buenos Aires, haciéndose eco del reclamo de las Organizaciones No Gubernamentales, sancionó por unanimidad la Ordenanza N† 41.247 brindando protección al área.